CAMBIO OBLIGADO
Un reciente artículo me recordó la advertencia de Adam Smith, padre del liberalismo, sobre los peligros del propio sistema. Y él alertaba que el “laisser faire” podría acabar con la existencia humana decente y que un cierto intervencionismo de los gobiernos parecía necesario.
Cuando analizamos el desastre acaecido en las últimas décadas de nuestro sector turístico, reaccionamos con un cierto catastrofismo. Han cambiado las circunstancias económicas, nuestra moneda lo acusa, aunque con altibajos coyunturales muy puntuales. Han cambiado las motivaciones del cliente, el sol ya no es lo que era como único reclamo posible.
Ha cambiado, deteriorándose, nuestra oferta. Creció desmesuradamente exenta de la autocrítica. Esta actitud siempre se paga.
Afortunadamente en los últimos años ha crecido la conciencia de estos hechos los negocios, tutelados en muchas ocasiones por las Administraciones públicas, plantean un cambio estratégico necesario basado en la reconversión de un sector hacia la diferenciación. Ofrecer un valor añadido al producto. Dotarlo de un sello de identidad al tiempo que se racionaliza la gestión, son la marca de la casa que se nos antoja una invitación a la única continuidad posible.
Además del tema del mes incluimos en este numero reflexiones sobre el sector asegurador así como el pensamiento del profesor Francisco Javier Palom Izquierdo sobre la Productividad.
