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HOY, NO SÉ QUE ME PASA…

  |   Reflexions Golf i Empresa

– Ayer era genial. Sin el más mínimo slice y rebajé mi handicap. No doy una. Siempre me ocurre lo mismo, cuando está nublado parece que se traslada a mi mente la borrasca.
– Cálmate Alberto, eso no es una ciencia exacta. Un pequeño entumecimiento de tus músculos hace que se desvíe el golpe.
Joaquín intentaba poner un poco de sosiego al acelerado Alberto que arrastraba su carro a tirones con un mal humor explícito. Pensó que lo propio era comentar una historia reciente que, en otro orden de cosas, podía ayudar a su compañero de partido.
– “Un profesor de oratoria me contó que en su primera intervención en público fue felicitado por todos y todavía le resuenan los aplausos que casi le emocionaron. Recuerda que antes de iniciar la charla era un saco de nervios. Luego, dice, se le produce un vacío en la memoria y no es capaz de revivir su actuación. Al cabo de tres semanas se le llamó nuevamente para repetir su conferencia. Aceptó confiado el reto y llevó el mismo material visual para la charla. Fue un auténtico fracaso. Tampoco supo el motivo en aquel entonces. He aquí una situación paralela a nuestro mundo del golf. Un día espléndido seguido de un día nublado. Nuestro amigo profesor se interesó entonces por averiguar las causas y se inició en el estudio de la oratoria. Claro – pensó -, el primer día realicé una apertura en forma de pregunta y el segundo… Además el gesto, en función de la sala y el auditorio no lo cambié… La iluminación el segundo día era…”
Alberto le interrumpe,
– Lo del gesto si que lo entiendo Joaquín, y lo del auditorio también, porque cuando me mira alguien mientras estoy preparando el golpe…
– Claro Alberto, nuestro amigo se percató de que en circunstancias distintas hay que actuar de manera diferente y en ocasiones, las circunstancias son internas, no se trata de las nubes…
En el juego ocurre lo mismo: ayer te funcionó pero no sabes exactamente la causa. ¿La fortuna tal vez? Seguro que no es sólo eso. Alguno de tus movimientos, pensamientos o actitudes estaban ayudando al éxito.
Piensas que lo controlas todo y no… ¿Has analizado el por qué de tus éxitos? Lo cierto es que sólo los has disfrutado, pero estos movimientos que dices tener consolidados, has de cuidarlos, mimarlos, e incluso modificarlos poco a poco para intentar optimizarlos.
Joaquín acaba su discurso motivador:
– Si se tratara de un problema de salud te diría que acudas al médico, tratándose de golf, sólo puedo recomendarte una combinación de paciencia y la visita a tu profesor que, por cierto, lo tienes abandonado.